martes, 7 de octubre de 2014

Juntos por Juan Pablo y Laura

 Los compañeros y amigos del IES Francisco Fatou y del IES Las Cumbres



Por Esperanza Cabello
IES Las Cumbres de Ubrique

Pocos días habrá más tristes que los que estamos viviendo esta semana. La consternación y la incredulidad de ayer  al ir enterándonos de la tremenda noticia han ido siendo sustituídas por el espanto y la terrible tristeza que a todos nos embarga.
Tanto que apenas hemos tenido tiempo de reaccionar. Las noticias, los rumores se han ido sucediendo hasta que poco a poco nos hemos tenido que ir resignando y tendremos que asimilar lo que ha pasado.
Juan Pablo no volverá a nuestras aulas, su hermana Laura tampoco podrá terminar sus estudios, y esa realidad es muy difícil de digerir.
Apenas habíamos empezado a conocerlo, solo una veintena de días de clase, de esos días frenéticos de comienzo de curso. Pero sus amigos y compañeros lo conocían de siempre.
Había hecho sus estudios de secundaria en el IES Francisco Fatou, y para hacer el bachillerato de Humanidades había elegido nuestro centro.
Por eso hoy, cuando el Ayuntamiento ha convocado una concentración para homenajear a los dos hermanos y expresar nuestra tristeza y nuestra consternación, compañeros y profesores de los dos institutos se han unido para honrar su memoria y solidarizarse con sus familiares y amigos.



 Los compañeros de Juan Pablo no lo olvidan



Las noticias se han ido sucediendo una tras otra, pero quienes los conocíamos y los apreciábamos queremos expresar nuestra amargura e intentar aceptar lo inaceptable. 
Esta mañana hemos guardado unos minutos de silencio en las clases en su memoria y hemos previsto organizar diferentes actos en su memoria.
Mientras, los compañeros mayores de los dos institutos y los que fueron sus profesores durante cuatro años en el Fatou junto a  los que lo hemos sido durante su breve paso por Las Cumbres hemos estado en la Plaza en nombre de todos.


Compañeros y amigos de Juan Pablo en la concentración

Ahora nos queda un tiempo muy duro, estas muertes inútiles y atroces han abierto una profunda herida en muchas personas.
Unos indignados, otros apesadumbrados, otros abatidos... Esta tragedia no ha dejado a nadie indiferente.

¡Ojalá nada de esto hubiera sucedido! Lo primero que pensamos cuando supimos que había sucedido una tragedia fue que no era justo, que era un crímen inútil y espantoso.

Queremos enviar todos nuestros ánimos y nuestro apoyo a la familia, desear a sus amigos cercanos que tengan fuerza y entereza para continuar.
Pero sobre todo queremos recordar a Juan Pablo y a Laura con todo el cariño y el afecto del que se hicieron merecedores durante su vida,  rogando que nunca pase nada ni remotamente parecido y que no haya nada que trunque las vidas de nuestros jóvenes.

¡Descansen en paz!


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