jueves, 29 de septiembre de 2016

Proba y Eudocia: Fe y Cultura, por María José Cabezas Cabello

Artículo de María José Cabezas Cabello en la Revista 21






PROBA Y EUDOCIA: FE y CULTURA


Las poetas Faltonia Betitia Proba y Athenais Eudocia, en los siglos IV y V respectivamente, escriben un mismo tipo de composición poética: el centón literario.  Se trata de poesías compuestas de fragmentos tomados de uno o más poetas y unidos entre sí. La palabra centón, en su acepción literaria, significa poema compuesto a base de palabras, hemistiquios o versos enteros tomados de otros poemas, sobre todo de Homero, Virgilio y Ovidio, para expresar un argumento nuevo.

De Proba solo conservamos su poema el centón  virgiliano “Sobre los méritos de Cristo”[1]. Para componer esta obra poética escoge las palabras, medios versos o versos completos de Virgilio y los dispone creando un nuevo poema de hexámetros dactílicos que trata de diferentes episodios de la Biblia, tanto del A.T. como del N.T. Los episodios de los que trata en su poema son: La Creación, Adán y Eva, la serpiente, Caín y Abel y el Diluvio; y del N.T. el nacimiento de Cristo, matanza de los niños inocentes, Juan el Bautista, la Tentación de Cristo, el Sermón de la Montaña, el joven rico, la expulsión de los mercaderes, la última cena, la traición de Judas, crucifixión, resurrección y Ascensión.

En cuanto a la emperatriz Eudocia (casada con Teodosio II en 421)  es una de las figuras más relevantes y menos reconocidas de la poesía griega tardía (s. V). Compuso varias obras poéticas entre las que destacan  su Centón Homérico compuesto con la misma técnica literaria de Proba pero sirviéndose de los versos de Homero. Consta de 2.354 versos y relata una cincuentena de episodios bíblicos, dedicándole más atención al Nuevo Testamento que al Antiguo.

Las poetas Proba y Eudocia se ocuparon del estudio bíblico, de su exégesis y transmisión a través de la poesía: el centón literario. No era frecuente en esta época que las mujeres se dedicaran a esto, tareas que ejercían casi en exclusividad los hombres, exceptuando el conocido Círculo del Aventino de Roma, compuesto por mujeres estudiosas de la Biblia que a finales del s. IV ayudaron a Jerónimo en su traducción de la Vulgata.

            Al escoger Proba y Eudocia los episodios de la Biblia que les interesaban para sus composiciones poéticas nos han transmitido su especial cosmovisión religiosa. Ellas encontraron una fórmula cultural creativa (el centón literario) para interpretar la Biblia y darla a conocer. Por ello merecen ser recordadas al lado de los autores cristianos que interpretaron las Escrituras con las categorías filosóficas de su época.






[1] Proba, Poema Sagrado, “Sobre los méritos de Cristo”,  Biblioteca de  Patrística, nº 99, Editorial Ciudad Nueva,  Introducción, Traducción y Notas de María José Cabezas Cabello, 2015.

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