sábado, 8 de octubre de 2016

Juan Sevilla Ordóñez. In memoriam

1968 Grupo de Misión Rescate 208   
Juan formaba parte de este grupo   



Por Esperanza Cabello   

Hace una semana que recibimos una tristísima noticia: Juan Sevilla había muerto.
 Nuestro hermano Manolo nos envió esta fotografía de 1968 en la que Juan (con gafas a la derecha) estaba con su maestro, Manuel Cabello, y con sus compañeros: Pedro, Francisco, Manolo y Fernando, posando para el álbum de fotografías  del grupo de Misión Rescate 208.
Este año Juan era alumno de la escuela de Artes y Oficios, y, al formar parte del grupo de los primeros alumnos de nuestro padre, se convirtió en un niño muy especial no solo para él, sino para toda la familia.
Tanto nuestro padre como nuestra madre le tenían gran cariño y lo estimaban muchísimo. Así que cuando se convirtió a su vez en maestro y compartió centro con su antiguo maestro, la amistad entre los dos se hizo más estrecha.
Sus primeros estudios los hizo en Puerto Real, allí, se convirtió en Carpintero Ebanista. Después decidió continuar su vida de estudiante e hizo PRECOU en Cádiz, terminando COU en Ronda (fue compañero en Las Delicias de nuestros hermanos).
En aquella época comenzaron a conocerse Juan y la que sería la mujer de su vida, María Isabel, que también estudiaba en Ronda. Aquellos viajes en Los Amarillos de los fines de semana sirvieron para que los dos jóvenes se conocieran, y estarían juntos  desde estonces. Más de cuarenta años uno al lado del otro.
Juan había terminado sus estudios de magisterio en Málaga, se había casado con María Isabel Rubiales  (en agosto de 1984) y ambos habían tenido una hija en 1985: María Isabel. 
 Pronto se incorporó como maestro al colegio Reina Sofía como profesor de Educación Especial y allí comenzó su docencia, apreciado por sus compañeros y sus alumnos, se dedicó a la docencia con cuerpo y alma, ocupándose de su familia y de su hija, a la que quería con locura.
Todo iba bien hasta que un desgraciado accidente, un fatídico 20 de noviembre de hace veintiocho años, lo dejó postrado en una silla de ruedas.
Pero Juan era un hombre fuerte y luchador que decidió enfrentarse a la vida y seguir trabajando. Continuó trabajando en el Centro de Profesores, y ese trabajo le dio la vida.
Siguió trabajando y cuidando a su pequeña, que solo tenía tres años, hizo todo lo posible para que la vida en su familia fuera un referente de normalidad, de esfuerzo, de comprensión.
Superando barreras, estudió Antropología una vez jubilado, yendo y viniendo a Sevilla todas las semanas.
A pesar de los reveses de la vida, Juan conservó su característico humor, y consiguió que los lazos familiares siguieran fuertes.
A consecuencia de aquel grave accidente, que le dejó tantas secuelas, toda la familia ha sido un ejemplo de superación y de esfuerzo, pues su estado de salud se ha resentido gravemente en varias ocasiones.
Y el domingo pasado fue el momento más triste en la vida de esta familia, ya no pudo superar esta nueva prueba. El lunes lo despidieron amigos y familiares. Juan se fue, dejando en todos el recuerdo de una vida de esfuerzo y superación a pesar de los reveses.
Queremos enviar nuestro cariño a su familia, sobre todo a sus dos mujeres que, juntas, seguirán luchando y superando las adversidades, como él habría querido.
¡Descansa en paz, Juan!  Siempre te recordaremos


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2 comentarios:

AGL dijo...

Leo ahora la terrible noticia de que nuestro querido Juan ha muerto... Si me hubiese enterado me habría acercado a Ubrique, a darle el último adiós.
Conocí a Juan en los primero los momentos de los CEPs, cuando yo era Coordinador del CEP de Jerez y el del Departamento de Recursos (DEREs se llamaban entonces), de Ubrique. Siempre tenía un envidiable sentido del humor y unas enormes ganas de hacer cosas, Congeniamos desde el primer momento y, como sabía de mi interés por la Sierra, ya que tenía algunos de mis libros y trabajos, siempre me guardaba un "...a que no sabes donde está... . Y claro, no lo sabía porque él era también un profundo conocedor y amante de la Sierra de Cádiz y todos sus rincones, como cazador de los "buenos" que era.. Recuerdo que me hablaba de sus aventuras de Misión Rescate y gracias a él, fui por primera vez a la Sierra de Aznar, e la que tanto me había hablado... Cuando sufrió el accidente, fuimos a verlo a su casa de Ubrique y ya entonces me sorprendió su gran entereza, y sus ganas de seguir luchando... También la gran fortaleza de su mujer. Juan sólo pensaba en ella y en su niña... Años después, cuando me publicaron otro libro sobre la Sierra de Grazalema, en la primera persona que pensé fue en él y se lo hice llegar. Aunque perdimos el contacto, siempre preguntaba por él a los amigos de Ubrique, de Algodonales, de Villamartín... LA noticia de su muerte me llena de tristeza... Nadie se va del todo mientras lo recordamos, y al amigo Juan Sevilla, a nuesro querido Juan, lo recordaremos siempre.

Anónimo dijo...

Gracias por esas palabras tan bonitas hacia mi padre. Sin duda era un ejemplo de superación, mi gran referente. Y el mejor padre del mundo