viernes, 6 de marzo de 2015

La exposición pictóricoliteraria de Benítez Ariza y Martel, todo un éxito

 Momento de la inauguración de la exposición
Fotografía: Luis Eduardo Rubio



 Por Esperanza Cabello
Fotografías: Luis Eduardo Rubio



Esta tarde ha tenido lugar la  inauguración de la exposición conjunta de dibujos y poemas de nuestros amigos José Antonio Martel y José Manuel Benítez Ariza.
Un nutrido grupo de amigos y familiares se ha reunido en el restaurante del hotel Ocurris, lugar elegido para esta novedosa exposición.
Nosotros habíamos tenido la suerte de conocer los primeros resultados de esta colaboración, pero nos hemos deleitado teniendo la oportunidad de contemplar de nuevo todos los dibujos y leer todos los escritos ya ordenados, terminados, pulidos...





La exposición está formada por treinta cuadros sobreescritos. Se trata de un proyecto que comenzó hace unos meses; según este proyecto cada artista preparaba quince trabajos, Martel quince dibujos y José Manuel quince textos, después intercambiaban el trabajo y José Manuel escribía sobre los quince primeros cuadros de Martel mientras que Martel dibujaba inspirado por los textos de José Manuel.




El resultado ha sido una narración literario-pictórica que comienza por algunos intrincados caminos de la sierra  y termina en el mar, pasando por pueblos, situaciones, lugares, sentimientos, pensamientos y personas.





Comenzó la inauguración con la presentación del trabajo por José Mateos, editor y amigo de José Manuel, que habló de su nuevo libro y de la exposición que nos reunía a todos. Quisiéramos ser capaces de reproducir sus palabras, que nos impresionaron muy gratamente al referirse a la amistad y al arte.



Nuestro amigo Martel oye con atención a su amigo, al ver cómo se entienden y cómo pueden trabajar tan estrechamente hemos sentido una sana envidia. Han conseguido entrelazar trabajo, aficiones, familias y arte de una forma sublime.




Nosotros también oímos atentamente a José Manuel. Primero mientras presentaba su nuevo libro de poemas y se desnudaba metafóricamente ante un auditorio al que considera amigo. Después cuando nos leía sus poemas y sus textos que, como siempre, consiguen superar a los anteriores.



Ha sido un lujo poder oír sus explicaciones, siempre tan concienzudo y tan ordenado, explicando cómo ha disfrutado de la colaboración con su amigo y cómo ha ido viviendo el proceso de gestación de este trabajo.




Finalmente José Manuel cede la palabra a Martel y el pintor, a pesar de decir que se sentía abrumado por la presencia de literatos y poetas, toma la palabra y nos explica todo el proceso desde su punto de vista.
Y Martel con su desparpajo y su cercanía se ha metido a todo el público asistente en el bolsillo. Hemos disfrutado con sus comentarios, con sus explicaciones, con sus historias y con su discurso casi tanto como disfrutamos con su obra.
No ha olvidado explicarnos las grandes dificultades para encontrar el mejor soporte para su obra, ni su impresión al ver sus pinturas escritas por todas partes. Tampoco ha olvidado su agradecimiento para todas las personas que han estado pendientes, que han comentado, que han aportado ideas. Y por supuesto a sus familias.




Realmente ha sido una reunión muy agradable, nos sentimos muy afortunados de haber podido asistir a estos momentos tan entrañables y tan interesantes. Cuando se conocen los entresijos del trabajo que hacen los demás se puede apreciar  mucho mejor.



Terminada la presentación pudimos acercarnos a comprobar algunas de las referencias que el poeta y el pintor habían hecho en sus discursos. Buscamos la amistad, la blancura, el mar, los cuadros "pintarrajeados" por todos lados, aquella nube chiquitilla que había necesitado muchas pinceladas y que quedó rápidamente oculta por unas letras...




Entonces nos hemos dado cuenta de que hay que fijarse más en los detalles, ojalá se le ocurriera al editor hacer una publicación con estas treinta obras de arte y pudiéramos observarlas con tranquilidad.



Eso si, nos alegramos muchísimo de que no se hubiera quedado ninguno de los dos "en blanco" en ningún caso y de que hayan sido capaces de unir de esta forma literatura y pintura, mezclando colores y letras de una forma magistral.



Todo lo bueno termina y este buen rato pasado con los amigos también ha tenido su fin. Nos queda la satisfacción de haber asistido a una inauguración muy especial, y la alegría de saber que hasta mediados de abril tendremos la oportunidad de volver a visitar la exposición en cualquier momento, tranquilos, saboreando cada pincelada y cada palabra.
¡Enhorabuena a ambos!


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