martes, 24 de febrero de 2015

Un cumpleaños muy especial

Carmen Sánchez con Natalia Fernández y Natalia Cabello
Ubrique, mayo 1967



Por Esperanza Cabello

Hoy es el cumpleaños de una persona muy especial, una de las personas más queridas y apreciadas de la familia: nuestra tía Carmen.
En estos tiempos en los que la familia ha cambiado tanto, en el que tantos se han ido y en el que poco a poco vamos perdiendo a los que nos preceden, nuestra tía se ha convertido, por mérito propio, en uno de los totem de nuestra pequeña familia.
Desde que nacimos ha estado ahí, siempre cerca, siempre presente, siempre atenta. Una mujer con las ideas muy claras y la mente muy abierta, feliz y satisfecha de sus hijos, de sus nietos, de su pequeña bisnieta. Pero también orgullosa de sus sobrinos, pendiente de lo que necesitamos, atenta a los que más precisamos de un consejo, de un buen rato de charla y compañía.


Carmen, Esperanza y Consuelo con sus hijos e hijas
Ubrique, septiembre de 1969

 
Si hacemos un pequeño esfuerzo de memoria nos damos cuenta de que nuestra tía Carmen ha estado presente en todos los momentos importantes de nuestra vida: recordamos aquellos cumpleaños infantiles en los que preparaba, junto a tita Reme y a nuestra madre, tartas y dulces deliciosos. O aquellos días previos a la Semana Santa, preparando gañotes, borrachos y magdalenas, siempre a lo grande. Se juntaban las tres para hacernos los regalos a todos (éramos una estupenda chiburralea), y si un día alguna de la tres podía menos no importaba, las otras dos respondían.
Nos compraron una estantería perfecta para nuestros primeros libros, hecha expresamente por el carpintero con orejitas de conejo encima ¡Hace tanto tiempo...!

Y si vidas de nuestras familias han corrido en paralelo, entremezclándose constantemente, en los últimos  años ha sido un hermanamiento total. Las tres "Chicas de oro" han compartido viajes, salidas, confidencias, apoyo, risas y llantos.
Ahora recae sobre sus hombros el gran peso de ser nuestro pilar, tanto para sus hijos como para nuestras primas  para todos nosotros, pero siempre sabemos que podemos contar con ella.

Nosotros, personalmente, jamás podremos agradecerle lo suficiente sus atenciones con nuestra madre, a la que cuida y quiere como a una hermana, y de la que se ocupa con tanto cariño que nos emociona.





Por todo esto no habrá en el mundo tarta tan grande que pueda representar cuánto te queremos.


¡Feliz cumpleaños, tita Carmen!


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1 comentario:

José María Cabello dijo...

Con algún retraso te felicito cariñosamente deseándote lo mejor con tus hijos y nietos.Has sido -además de madre- uno de los tres pilares que han sustentado el numeroso y fantástico grupo familiar.Y desaparecida Remedios y languideciendo la fortaleza de Esperanza resplandece mejor-además de tu belleza- tu ejemplar dedicación a los demás