martes, 13 de marzo de 2012

La boda de Ana María Cabello y Manuel Heliodoro García

Boda de Ana María y Manuel, Ubrique 1966

Por Esperanza Cabello


Nuestro tío Javier nos ha enviado esta fotografía tan entrañable: la boda de nuestros tíos Ana María y Manuel Heliodoro. Nos ha emocionado terriblemente ver a toda la familia reunida en la casa de nuestros abuelos, en la calle del Perdón.
Manuel Heliodoro fue un de los muchos maestros extremeños que tuvieron un destino en Ubrique a mediados de los sesenta. Cuando llegó a nuestro pueblo estuvo trabajando en la educación de adultos, allí en los salones de los antiguos sindicatos. Muy pronto los dos jóvenes hicieron amistad y Manuel se quedó prendado de aquella jovencita desenvuelta y cariñosa. A ella también le gustaba el maestro extremeño, así que todo fue muy fácil entre los dos.
Después de un corto noviazgo decidieron casarse. Fue el tres de junio de mil novecientos sesenta y seis, en la Parroquia de Ubrique. A la boda, como podemos ver en la fotografía, acudió toda la familia cercana. Se trató de una ceremonia sencilla oficiada por José María, el hermano de Ana, y después todos se reunieron en la casa de nuestros abuelos a celebrarlo. 
En la fotografía podemos reconocer a toda la familia más cercana,  a doña Irene  Serrano, madre del novio, a su derecha. También están ahí nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros tíos y primos.
La pareja se fue de viaje de novios a Huelva, y también a Extremadura, la tierra de Manuel, que había nacido en Acebuche.

  Muy pronto Manuel fue destinado a un nuevo colegio, el actual Benafelix, y se fueron a vivir a la zona del colegio. Al año siguiente nació Irene, la hija mayor, y cinco años más tarde Julia, la segunda hija. Con ellas, mucho más tarde, llegaron los nietos, que han sido una de las grandes satisfacciones y fuentes de felicidad de los abuelos.

Manolo y Ana María han estado desde entonces juntos, casi cincuenta años de una vida llena de alegrías y momentos más difíciles. Pero han sido una pareja inigualable en todo momento.Ahora Ana sigue constantemente pendiente de Manuel cada día, dándonos a todos ejemplo de una abnegación y un amor inigualables. Un abrazo.


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