domingo, 28 de junio de 2009

La "piedra rosa" de Ubrique



Foto: Leandro Cabello
La pila de La Plaza


No es un secreto que nuestra sierra está formada, fundamentalmente por roca caliza. Pero muchos hemos olvidado que en Ubrique hay un tesoro muy especial: la caliza rosa. Piedra de gran belleza y dureza, muy apreciada por los canteros y que fue muy utilizada en la decoración y en la construcción a principios del siglo XX. Bien pulimentada asemejaba al mármol.


Foto: Leandro Cabello. Casa en la Calle Botica
Motivo ornamental arquitectónico, la caliza rosa era muy apreciada.

Recuerdo haber ido con mi padre en los años setenta buscando la cantera de piedra rosa que había en el Caldereto, recorrimos una y otra vez los recovecos de la sierra y no puedimos encontrarla. Nos dijeron que, seguramente, se había construido encima, o que ya estaba agotada. Sólo pudimos ver algunos bloques cerca del Calvario.


Foto: Leandro Cabello
Los escalones y el altar de la Parroquia, de piedra rosa de Ubrique


Así que, entonces, hicimos un esbozo de inventario de casas y lugares publicos con piedra rosa de Ubrique, entre los objetos más curiosos estaban los bancos de Los Callejones, el altar de la Parroquia, las pilas de agua, el puente de Los Callejones y un sinfín de escalones y umbrales de casas de Ubrique, entre ellas la de nuestros abuelos Leandro y Natalia y la del Beato Diego.


Foto: Leandro Cabello
El puente de los Callejones




Foto: Luis Eduardo Rubio
Uno de los bancos de Los Callejones



Foto: Luis Eduardo Rubio
Asiento de un banco de Los Callejones

Pero lo más curioso ha sido la historia que Romero me ha contado en La Plaza: dice que había un cantero a principios de siglo (no recuerda su nombre), que era forastero, y que trabajaba la piedra de una forma espectacular. Fue él quien hizo la mayoría de los objetos en piedra que aún hoy podemos observar (incluidos pilones, dornillos y pilas de lavar) y tenía siempre encargos.
Cuando empezó la guerra civil fue llamado a filas, y de él nunca más se supo. Dejó a medias varios escalones, pegados aún en la montaña, y la gente respetó este trabajo unos años, esperando su regreso. Más tarde, cuando pensaron que ya no iba a volver, retiraron los escalones y los terminaron, y otro cantero empezó a trabajar la piedra. Pero por lo visto no habría más materia prima, o los tiempos modernos impusieron otros materiales, y también este oficio desapareció en Ubrique.

Foto: Leandro Cabello Izquierdo
La Pila de La Plaza de la Estrella



Foto: Leandro Cabello
La Fuente del Convento


La verdad es que, caliza o arenisca, nuestra sierra nos ha dado siempre material para la construcción y ornamentación. En estas dos fuentes tenemos el mejor ejemplo.

Ubrique, junio de 2009
Leandro Cabello Izquierdo

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