sábado, 16 de mayo de 2009

De Ubrique a Ronda: muchos años estudiando

Carretera Ubrique-Ronda, año 1946
 Fotografía realizada por Leandro Izquierdo 
y recuperada por Esperanza Izquierdo   


Natalia Fernández Piñero tuvo siempre muy claro que sus hijos e hijas tenían que formarse e ir a la escuela. Ella siempre confió la educación de sus hijos, mientras fueron pequeños, a las religiosas del Rebaño de María, pero en la época sólo se podían estudiar en Ubrique las primeras letras, por lo que pronto tuvo que mandar a sus hijos mayores a hacer el bachillerato en Ronda.
Así que, el siete de octubre de 1942, y con sólo nueve añitos, Esperanza Izquierdo Fernández fue enviada al internado de las Esclavas de Ronda, para estudiar bachillerato. Al principio hacía el viaje como podía, en camiones o coches particulares que hacían esa ruta, pero a partir de 1945 se instauró la línea de Los Amarillos "Ubrique-Ronda". Eran cinco horas de un viaje interminable que comenzaba a las cinco de la mañana y terminaba, si había suerte, pasadas las diez.

Ronda, 1942
Esperanza Izquierdo(abajo a la derecha)
con sus compañeras de internado


Durante siete años estuvo interna, viniendo a Ubrique sólo en Navidad, Semana Santa y verano, y comenzando siempre el siete de octubre. Estudió en Ronda los siete años de bachillerato, e hizo la reválida de séptimo en Granada. Entre sus asignaturas había inglés, francés, alemán, latín, griego, física, química, matemáticas, piano, geometría y un sinfín de materias más. Trabajaba todo el día, y no pudo salir a la calle, en todos esos años, nada más que un día, para ir al dentista.
Pero se habituó y fue una excelente estudiante con brillantes resultados, lectora empedernida, y con una muy buena memoria, consiguió la "Excelencia" a los estudios y aprendió muchísimo.(A ella no le gusta que le echemos tantas flores, pero la verdad es que se esforzó todo lo que pudo y trabajó muchísimo).
Cuando terminó esos siete años podía haber hecho la oposición para ser maestra, pero su padre quería que hiciera estudios de farmacia. Ella hubiera querido estudiar Filosofía y Letras, pero las cosas se le complicaron en el momento de tomar la decisión. Así que volvió a Ubrique con su reválida bajo el brazo.
Muchos años después, cuando los hijos mayores comenzaron en la Universidad, ella se matriculó de Filosofía y Ciencias de la Educación en la UNED. Hizo un formidable esfuerzo y consiguió muy buenas notas... pero las madres de familia numerosa por vocación renuncian a muchas cosas por su familia, y de nuevo renunció a sus estudios, aunque nunca ha dejado de leer y de aprender. Actualmente sigue leyendo y escribiendo, colabora y participa en cada uno de los clubs de lectura que organiza la Biblioteca Municipal, siendo un ejemplo para todos nosotros.

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